Ajos Caramelizados

La cebolla caramelizada se ha convertido en un ingrediente habitual en nuestros platos, imprescindible a la hora de dar un toque de distinción a nuestras recetas más tradicionales tradicionales.

En su caso, el ajo caramelizado o confitado goza de menos popularidad en los fogones, aunque constituye una forma sana y sabrosa de disfrutar de un toque especial en nuestros platos, a la vez que matizamos el fuerte sabor a ajo.

El proceso de confitar ajos es extremadamente sencillo y, al contrario que con la cebolla, no es preciso añadir azúcar. De este modo, obtenemos una versión sana y muy sabrosa del ajo tradicional; listo para añadir a nuestros platos.

Manos a la obra. Para caramelizar los ajos, lo más importante es seleccionar productos de primera calidad. Solamente necesitamos ajos y aceite de oliva. Ni qué decir tiene que el ajo morado, propio de la comarca de Cuenca, es el más idóneo para esta receta. La intensidad de su sabor destaca por encima del resto de variedades.

Así, pues, de una parte, tomamos una cabeza de ajos, y separamos sus dientes. De otra, ponemos a calentar en un cazo 200 ml de aceite de oliva. Lo importante es que el aceite no llegue a hervir, por tanto, procuraremos que su temperatura se mantenga durante todo el tiempo.

Una vez puesto el aceite al fuego, añadimos los ajos enteros. Para esta receta, podemos echar los ajos pelados, o sin pelar, al gusto. Eso sí, una vez confitados, habrá que quitarles la piel, si no lo hemos hecho previamente.

El tiempo de cocción es alrededor de 45 minutos, removiendo de vez en cuando, para asegurarnos de que los ajos se quedan completamente cocidos.

Estos ajos caramelizados también los podemos hacer al horno. Para ello, bastaría con poner la misma cantidad de aceite y de ajos (en este caso, preferiblemente sin pelar), en una fuente de cristal, y mantenerlos durante una hora a una temperatura de 150 grados.

Una vez tenemos nuestros ajos han adquirido una textura tierna y cremosa al tacto, ya están caramelizados, y listos para incorporar a nuestros platos. Estos ajos son ideales para dar un toque especial a recetas tales como sopas frías, tipo gazpacho y salmorejo, o bien carnes y pescados. Podemos prepararlos, y guardarlos en conserva, en un bote de cristal, siempre a mano.

Un truco para aromatizar estos ajos confitados, y crear sabores diferentes y aromatizadas: añadir al tarro de cristal donde guardar en conserva estos ajos una ramita de romero, o tomillo; al gusto. Para los amantes del picante, podéis echarles un par de cayenas.